sábado, 14 de febrero de 2009

El Chullachaqui, Hombrecito Misterioso de la Selva Peruana

PRIMER DESENLACE

Cuando me dí cuenta, eran como las diez de la noche, pero nos encontrábamos en una noche de luna, una hermosa luna llena, donde pareciera que se había enendido los focos fluorescentes del bosque, parecía de día, todo estaba muy iluminado, el cielo se eonctraba estrellado, y se escuchaba por todos lados los gritos de los diferentes animales selváticos. Entonces me acerqué donde estaban mis demás compañeros, que por cierto estaban escondidos y temblando, ellos no podían concebir ¿cómo yo podía estar conversando muy alegremente con el Chullachaqui?, creían que me había hinnotizado, embrujado y que ahora ya pertenecía a la familia Chullachaqui. Fue un poco trágico, ganarme la confianza de cada uno de mis compañeros, pusieron resistencia, no querían que me acerqué a ellos, decían que ya estaba embrujada y que los llevaría para que el Chullachaqui se los comiera uno por uno, sinceramente fue una lucha muy fuerte, tuve que usar mi persuación y mi capacidad de convencimiento, al fin con un poco de resistencia logré otra vez estar todos juntos, pero ahora éramos siete, es decir nuestro amiguito el Chullachaqui se incorporó a nuestro grupo y muy cordialmente nos ofreció ayudarnos y nos habló a todos con tanta sencillez que no nos quedó otra cosa que seguirle, caminamos todos bien juntitos con miedo de no perdernos o de ser sorprendidos por algien, bueno ellos caminaron y yo me puse al lado de mi amiguito El Chullachaqui y caminé con mucha confianza, él nos ofreció llevarnos a su humilde morada para poder brindarnos un poco de alimento y que el día siguiente nos iba ayudar a encontrar el camino para llegar hasta nuestra canoa.

Así fué, después de haber caminado, dos o tres horas, llegamos a un hermosísimo lugar, donde existía una quietud única, pero habían casitas hechas con palmeras y crisnejas de la selva, todas tenían faroles en sus puertas, sus paredes estaban hechas de carriso y pona chancada, al llegar al lugar nuestro amiguito tocó en el cuerno de un venado disecado bien fuerte y empezaron a salir muchas personitas igual que él.

El recibimiento, fue lindo y hermoso, había una gran alegría y sinceridad en todas aquellas personitas, nos trajeron pescado ahumado, yuca sancochada y plátano asado, mucha comida para disfrutar, luego trajeron su mazato exquisito y su rico chapo, nosotros que nos encontrábamos habrientos comimos todo lo que pudimos y luego fuimos a descansar en una de las casitas que lo prepararon para nosotros.

El descanso esa noche o ya era madrugada, fué el más maravilloso y mágico que he podido vivir hasta la fecha, recuerdo que ingresamos a la casita que tenía un emtablado de pona batida y nos recostamos muy plácidamente, por las rendijas de los carrizos se observaba ya el amancer, pero nuestro agotamiento y cansancio era demasiado, que nos quedamos profundamente dormidos hasta el día siguiente.

Continuará...

Nuevamente muchas gracias porque espero que les haya agradado la historia.

Su amiga de siempre. Candela.

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